Sostenga los consoladores (y todos y cada uno de los juguetes eróticos) limpios. Lavar con jabón suave y agua después de cada uso. Algunas personas también emplean un condón en el consolador para reducir el riesgo de que queden gérmenes o bien bacterias en el juguete.

O en casos similares viven toda una vida al lado del fantasma del enamorado precedente, que se interpone entre ellos y surge un abismo; que a pesar de que nunca los vuelven a ver, marca un atravieso de amargura en sus vidas y evidentemente viven una falsa relación.

Puede que en Arabia Saudí funcione de otra forma, mas no somos sauditas, nene. Conque vas a prepararte un Presupuesto. ¿Cuánto dinero puedes gastarte y cuánto dinero estás dispuesto a gastarte en lograr esta tía?

Voltear a ver a cada prostituta bonita que pasa. Un hombre que tiene mucho potencial para una relación no necesita hallar miradas con otras chicas mientras tiene una cita. Si ella advierte eso, seguro pensará que sólo deseas divertirte para después olvidarla.

¡Abróchate los cinturones de seguridad! La mujer acerca sus rodillas hacia su pecho cuando su amante la penetra desde una situación de rodillas. La penetración profunda y un ritmo oscilante están a la orden del día (o bien de la noche).

Las parejas no deberían preguntar qué te hace falta de mí, sino más bien consultar ¿qué te hace falta a ti de ti? ¿Por qué no estás feliz contigo? La felicidad es un estado mental, pero la paz es la cúspide de la cima y cuando llegas, sigues hacia arriba.

En tanto que se realiza el violento movimiento de los sentidos, exige un distanciamiento, una renuncia, el paso atrás a falta del cual absolutamente nadie podría saltar tan lejos. Mas el distanciamiento mismo demanda una regla que organice y asegure la no interrupción de los saltos de un punto a otro.

Colócate en situación de ataque, angosta la distancia para que contactes sorprendiéndola. Y ataca. Si haces contacto, ella se dejará llevar. Acá hay que presionar un tanto. No, no es acoso. Es forzar un poquito. Un empujoncito.

En el momento en que su dedo toque por vez primera el punto A, debe conmover a su amante hasta la médula. Mas, ¿sabes de qué manera electrificar ese momento de una manera que desencadena explotes de fuegos de artificio sexuales que van a hacer que tu amante salga disparado a la luna?

A dichas dinámicas me gusta llamarlas juegos, ya que participar en ellas puede resultar ameno, tienen reglas susceptibles de aprenderse y, como también ocurre con otros muchos juegos, permiten mejorar con el adiestramiento y la práctica.