No dudes y tus fantasías se cumplirán junto a mí, llámame
Uno de los más serios problemas que plantea el ejercicio activo de la sinvergonzonería, debe ver con la manera de finalizar la aventura. El sinvergüenza, aunque insolente, es un sentimental y suele tener reparos morales en el momento de mandar a la porra a su circunstancial pareja.